LA RESPONSABILIDAD EN PANDILLA
Érase una vez un niño llamado Juan, él estaba muy bien educado desde siempre. Pero llegó la época de la adolescencia, y con ella todos los problemas con las pandillas.
Todo comenzó cuando un día salió con sus amigos a jugar, pero no se comportó muy bien, pues sus amigos empezaron a hacer gamberradas, así que él también lo hizo; rompieron cristales, escribieron cosas que no debían en casas y coches, lanzaron piedras a casas, entraron a casas abandonadas, tiraron cubos de basura al suelo...
Después se sentía fatal -¿Por qué lo habré hecho?- Decía entre lágrimas, se lo contó a sus padres, sus padres llamaron a las familias de los otros niños, pero Juan se seguía sintiendo mal, así que les preguntó a sus padres si podía ir al ayuntamiento a disculparse por todos los daños e ir a las casas a borrar las pintadas, además, también les pidió un castigo a él y separarlo de sus amigos. Sus padres le dijeron que separarlo de sus amigos no servía de nada si él no se comprometía a no hacer las cosas que no debía.
A partir de ese momento Juan no volvió a hacer gamberradas, aunque siguiera saliendo con sus amigos, cuando los demás hacían cosas que no debían y se portaban mal, él se iba a casa y se lo decía a sus padres.
FIN
Nosotros debemos ser como Juan, pero no te confundas, sólo debemos comportarnos cómo él como se comporta al final del cuento.