En diez años
antes, los niños de un instituto querían ir de excursión para tener unas largas
vacaciones del verano. Y ellos formaron un
grupo de cinco
personas: Laura, María, Daniela, Ramón y Alex. Pronto todos estaban listo para
ir a la excursión, ya estaban en marcha.
El tiempo pasó muy
rápido, ellos se habían ido a la montaña. En la montaña, todo estaba
tranquilamente. Después de la comida,
Ramón tubo una
idea -¡Vamos a dar un paseo por aquel bosque!
-Vale, si es una
buena idea.
-¡Que tengo miedo!
-Calla Alex, solo
es un paseo.
Cuando estaban en
el bosque, se habían perdido el camino. Justo en ese tiempo sus móviles no
funcionaban y después del rayo
que hay en el
cielo empiezó a llover. y ellos se encontraron una
casa cerca, era
muy grande pero muy fea. Cuando se entraron
en la casa enorme,
la puerta se cerró sola. En cinco minutos
después,
escucharon un sonido, que dijo-¡todos vosotros vais
a morir! Cuando
todas las personas pensaban ¿por qué?
se oyó un grito: -
¡Ah!... Ramón se encontró un trozo de pelo
rubia de Daniela.
-¿Qué vamos hacer
ahora?
-¡Salir de aquí! Y
quiero comer.
-Parar de decir
“comer”.
-Tenemos que
salvar a Daniela.
El resto de grupo
vieron los papeles rotos de un folio por las escaleras.
Ramón pensó un
poco, y dijo –Estos papeles los tenía Daniela.
En poco tiempo
Ramón y sus compañeros terminan de correr por las escaleras, los papeles se
habían terminado por el último piso. En allí había cuadro cuartos, ambas con
una puerta negra. Por eso, cada persona hay que entrar un cuarto para saber qué
había. Alex cuando abría la puerta, él estaba con una sonrisa “rara” porque
había muchísimas comidas puestas, cuando él sienta en la silla comer, se quedó
dormido porque llebava algún pastilla en la comida. Laura en un cuarto llena de
vestidos preciosos, ella había cogido una para probarse, ella no podía mover porque
la ropa ha convertido una cuerda. María estaba en el cuarto de museo, María
cuando tocó una diamante grande, desde el cielo se había caído una jaula justa
encima de ella y no podría salir. Ramón había visto Daniela, pero detrás de él
había un monstruo alto, feo y oscuro. El monstruo dijo- Tú eres el único niño
que no había caído en mis trampas.
-¿Como es posible,
dónde estan mis amigos?
Yo no hecho nada,
solo es que ellos querían mis cosas. Tienes una oportunidad para salvar tus
amigos, que es bailar con mi hija.
-Eso es fácil,
¿donde está tu hija?
-No lo sé, tienes
que encontrar a ella en media hora y bailar en mi lado.
Ramón con la
velocidad más rápido que pudo, había ido todos los sitios y solo falta un
sitio: en el jardín. Ramón solo encontró una sombra que no era suyo. Ramón
gritó-¿Donde estas, la hija del monstruo?
Hay un sonido
suave: mi padre no es monsturo, tú si que eres un mostruo.
-¿Puedes bailar
conmigo?
-Si, ¿pero por
qué?
-Por favor, que
mis amigos están en tu casa.
-Vale, pero tienes
que hacer cosas que te voy a pedir: cada día de de este tienes que venir jugar
conmigo.
-Sí. Ramón dijo
sin pensar.
Cuando terminó de
bailar, todos volvieron a casa.
Por eso, nadie más
irá a esa casa enorme, excepto Ramón...
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