Un día como cualquier otro
Al despertarse, Noah va al baño de su habitación. Se mira al espejo y
sí, definitivamente tiene el pelo verde despeinado de siempre, se lo había teñido
en la peluquería de al lado de la carnicería hacía ya 2 años.
-¡Noah, baja ya a desayunar!- Grita Nuria, su madre.
-¡Ya voy!- Contesta el joven.
Noah baja hambriento a la cocina y se sienta en la mesa.
Mientras desayuna, Nuria recoge la vajilla y pone otro lavavajillas.
A Noah le molesta la onomatopeya del lavavajillas. así que rápidamente se toma el zumo.
-Mamá voy a salir a dar una vuelta con James, entonces me llevará a Coco- Coco
era un perro que tenían desde que Noah tenía 3 años.
-Vale, pero ten cuidado, ¿eh?.
-Sí mamá.
Noah tiene 15 años y James 16. Son mejores amigos desde 4º de primaria.
15 minutos después, Noah baja ya arreglado, le pone la correa a Coco y salen
hacia la casa de James.
Se dirigen hacia la tienda de mascotas, porque James se quiere comprar un hurón.
Cuando han acabado, van al bar más cercano y los dos piden un café con leche.
Una vez acabados los cafés, James comenta:
-Oye, Bakersfield es un sitio muy tranquilo, tenemos que quedar más a menudo,
por cierto, ¿qué hora es?.
-La una y diez.
-¡Dios! mi madre me va a matar, me voy antes de que
explote el mundo con su enfado.
-Te acompaño- Mientras salen, Noah escucha en la televisión:
-En Bakersfield es un día como cualquier otro- Comenta el periodista.
¿Un día como cualquier otro?, ¿ de verdad?...
CONTINUARÁ
No hay comentarios:
Publicar un comentario