viernes, 8 de noviembre de 2019

El molino de sal
Está leyenda nórdica cuenta que hace muchos años existía un gigante que tenía un molino mágico. El molino era pequeño y podía producir sal. Un día, el gigante se lo regala a una mujer viuda y a su pequeña hija. Ambas trabajan con el molino y obtienen tanta sal que pueden venderla al pueblo. Desafortunadamente un duende, celoso del molino, lo roba y lo arroja al mar. Y por está razón el agua del mar es tan salada.


jueves, 7 de noviembre de 2019

Atalanta e Hipómenes Leyenda

Atalanta e Hipómenes

Hubo una vez en Esciros, isla del mar Egeo, un rey llamado Esqueneo cuya hija, Atalanta,
había sido educada en un ambiente muy permisivo y colmado de mil y un caprichos. A la
joven Atalanta le gustaban las actividades de todo tipo, y entre ellas se encontraba la
actividad de la caza. Se pasaba los días enteros con su carcaja de flechas sobre su
espalda buscando animales a los que atrapar. Tal era su afición y maestría que ni siquiera
los centauros del lugar conseguían alcanzarla en su habilidad.
Sin embargo, aquella dura afición le pasó factura endureciendo su corazón. Un corazón
que no se reblandecía con nadie, ni siquiera con la mirada amable de sus muchos
pretendientes, entre los cuales se encontraba el valeroso Hipómenes.  El joven, acudió
cansado al Olimpo para contar a los dioses su desventura amorosa e infructuosa con la
joven Atalanta, y Venus, compadecida, decidió entregarle tres manzanas de oro del
Jardín de las Hespérides recomendándole que participara con inteligencia en una
próxima carrera en la que participaría también la joven.
El día de la famosa carrera, cuando dieron la señal de salida para comenzar, la joven
Atalanta partió a la velocidad del rayo dejando a todos los pretendientes que habían
acudido atrás. Entonces, Hipómenes dejó caer sus tres manzanas sobre el terreno bien
distanciadas, y tal era el afán cazador de Atalanta, que se volvió parando la carrera sólo
para recogerlas. De este modo, y haciendo un gran esfuerzo, Hipómenes llegó el primero
a la meta, obteniendo así la atención y, más tarde el amor, de la joven Atalanta, que
quedó prendada ante tal esfuerzo.

La caja de Pandora Mito

La caja de Pandora


Una vez el padre de los dioses, Zeus, bajó del Olimpo hasta la tierra para visitar a la gente. Por aquel entonces la gente vivía feliz, sin trabajar, sin deberes y sin preocuparse de hacer la comida y Zeus quiso comprobar cómo de obedientes eran las personas. Se fue a casa de una joven llamada Pandora y le regaló una preciosa caja de madera decorada con piedras preciosas y que brillaba un montón.
- Te regalo esta caja, Pandora, para que la coloques en tu habitación -dijo Zeus.
Y Pandora le dio las gracias encantada de tener una caja tan bonita. Cogió la caja y la colocó en la mesilla al lado de su cama, así las piedras preciosas le daban un poco de luz por la noche. Pero Zeus advirtió a Pandora.
- Pandora, no puedes abrir la caja. Nuca abras esta caja porque contiene muchas desgracias para las personas, ¿entendido?- dijo Zeus.
- Entendido- dijo Pandora -nunca abriré la preciosa caja.
Así que Zeus se fue de nuevo al Olimpo y allí se quedó Pandora en su habitación muy contenta por su nuevo regalo. Pandora tenía muchas virtudes y era muy curiosa, siempre quería saber más. Sin embargo, no era precisamente obediente. Y eso le provocaría más de un disgusto.
Cuando llegó la noche Pandora se acostó, se metió en su cama y entonces vio cómo las piedras preciosas de la caja brillaban en la oscuridad. Empezó a pensar qué sería lo que había dentro de la caja, pero se acordó de que Zeus le dijo claramente que no la podía abrir. 
-¿Pero qué habrá dentro de la caja? -pensaba Pandora.
Se empezó a imaginar que dentro había joyas, perfumes, cuentos o algún secreto importante y, claro, no se pudo resistir. 
- La abriré solo un poquitín para ver lo que hay dentro y la vuelvo a cerrar deprisa- se dijo Pandora.
Así que abrió la caja y de repente se formó una tormenta horrible, la habitación se llenó de viento y un humo negro salió disparado de la caja, atravesó la ventana y se extendió por todo el mundo. Con el humo también salieron de la caja todas las desgracias para la humanidad, el hambre, las enfermedades, las envidias, el frío, la necesidad de trabajar, los deberes...
A Pandora solo le dio tiempo a ver que en el fondo de la caja aún quedaba la esperanza y por eso la cerró la inmediatamente, para que no se perdiera nunca. Y desde entonces, siempre podemos contar con la esperanza.

miércoles, 6 de noviembre de 2019

Mito de la rosa de Sinfón


La rosa de Sifón
Erase una vez en los maravillosos y grandes cielos vivía una
diosa llamada Perséfone con su hija Sifón, Perséfone había tenido que cuidar su hija sola ya que su marido había fallecido.Los años fueron pasando y Sifón iba creciendo ya Sifón tenía 22 años  y un joven humano se enamoró de ella y la quiso conquistar llevando una maravillosa y bonita rosa,Sinfón que era la diosa de la vida y las plantas se enfado al ver al muchacho con una rosa arrancada de un precioso rosal de la ciudad y Sifón se marchó bastante enfadada. Su madre le pregunto que por que estaba tan enfadada y ella le respondió que un muchacho de la ciudad había arrancado una rosa del rosal más bonito de toda la ciudad, Perséfone que nunca había visto a su hija tan enfadada porque alguien hubiera arrancado una rosa, Perséfone empezó a sospechar y al día siguiente Sinfón le preguntó a su madre que si le podía ayudar a encontrar a aquel muchacho, su madre le pidió una razón y su hija avergonzada le respondió a su madre que se había enamorado de aquel muchacho, su madre le preguntó a Sifón que si sabía el nombre de aquel muchacho o si sabía si era de la ciudad o de alguna aldea de alrededor y Sinfón le respondió que no. Perséfone les pidió ayuda Morfeo el dios perfecto que le podía ayudar a buscar al muchacho, Sifón cada hora perdía más la esperanza de encontrar a su enamorado pero no sabía que al día siguiente Morfeo encontraría al muchacho de nombre Crisipo,cuando Morfeo lo encontró, el muchacho estaba plantando un rosal del que nunca arrancaría una rosa. Morfeo le llevó hasta ella, Sifón le estaba esperando con una gran palmera y se casaron pero nunca nunca llegaron a tener hijos.

Leyenda de la llorona


La leyenda de la llorona

Hace muchos años en la Ciudad de México, cerca de Xochimilco se escuchaban los tristes lamentos de una mujer.
- ¡Ay mis hijos! Que será de ellos - decía una voz perturbadora.
Mientras se escuchaba a la mujer misteriosa, los temerosos habitantes de la ciudad se encerraban en sus casas a base de lodo y piedra. Tampoco los antiguos conquistadores se atrevían a salir a la calle, pues los gritos de aquella mujer eran realmente espeluznantes.
Los rumores decían que se trataba de la llorona, una mujer vestida de blanco con cabellos largos y aspecto fantasmagórico, que flotaba en el aire con un velo para cubrir su horripilante rostro. Lentamente vagaba por la ciudad entre calles y plazas, y quién llegó a ser testigo de su presencia dicen que al gritar, ¡ay mis hijos!, agitaba sus largos brazos de manera angustiosa, para después desaparecer en el aire y seguir aterrorizando en otras partes de la ciudad con sus quejidos y gritos.
Mientras la llorona recorría las plazas, lloraba desesperada, después de un tiempo se dirigía al río hasta perderse poco a poco en la oscuridad de la noche, y así terminar disolviéndose entre las aguas. Esto pasaba todas las noches en la ciudad de México y tenía verdaderamente inquietos a sus habitantes, pues nadie sabía la causa de aquellos lamentos.
Algunas personas decían que la mujer tenía un enamorado, con el cual nunca había podido casarse gracias a que la muerte la había sorprendido inesperadamente. Al morir el hombre se quedó solo y triste, y descuido a tal punto a sus 3 hijos, que los pobrecitos se quedaron huérfanos sin que nadie les ayudara. A causa de esto la mujer regresaba del más allá para cuidar de sus hijos, y los buscaba desesperadamente a través de gritos y lamentos.
Otra versión cuenta que hace mucho, vivía una madre junto con sus tres hijos. El padre de los niños los había abandonado hace mucho tiempo, hasta que un día, aquel hombre regresó. El hombre, volvió cuando los pequeños se encontraban solos en casa y cuando la madre regresó a su hogar buscó a sus niños pero no los encontró, ni a ellos ni al hombre.
Salió y buscó por el pueblo llorando y gritando los nombres de sus niños sin poder encontrarlos. Con el pasar de los años, su búsqueda continuó, pero sin éxito alguno y tras tanto esfuerzo, la mujer falleció de la tristeza. Desde entonces su espíritu errante vaga todas las noches buscando a sus hijos, llorando y lamentando por los alrededores de los pueblos.

Mito y Leyenda

Mito
Poblaron en una época el interior de la tierra, una serie de enanos famosos por sus excelentes trabajos artesanos. En una ocasión, aquellos enanos se preparaban para fabricar regalos que pretendían reglar a los dioses, cuando uno de los enanos, llamado Brok, se puso a fanfarronear ante todos aquellos regalos:
–  ¡Bah! Esos regalos no valen nada- Dijo muy ufano el enano- Mi hermano fabrica con oro y hierro cosas muchísimo mejores.– Pues si es así, que lo demuestre- Dijeron algunos enanos molestos ante lo que parecía soberbia.
Tras aquello, Brok y su hermano se pusieron manos a la obra, y tras varios días, volvieron cargados con un jabalí de oro, un anillo precioso, y un martillo con poderes mágicos. El juez de aquella batalla fue el dios Loki, dios de las travesuras y del engaño, que convocó a todos los dioses para que ellos mismos decidieran cuál les parecía el mejor de todos los regalos fabricados.
Cuando le llegó el turno a Brok, presentó en primer lugar su jabalí de oro, que brillaba más que el sol y podía correr por la tierra, mar y aire. A continuación, sacó el anillo maravilloso que, cada nueve noches, producía efectos cada vez más hermosos. Y para terminar, puso en manos del dios Thor el poderoso martillo, diciéndole:
– He aquí la que será tu gran arma, ya que con ella vencerás siempre y nunca te abandonará.
Y el dios Thor, entusiasmado con el regalo, decidió tan solo con aquella satisfacción, a los enanos que habían fabricado el mejor de los regalos.
Leyenda
La piel del Venado
En México muchos niños conocen una antigua y curiosa leyenda de sus antepasados mayas que ahora vas a conocer tú también. Cuenta la historia que hace cientos de años los venados corrían libres por la península del Yucatán. Aunque el lugar era ideal porque tenía un clima fantástico y alimentos en abundancia, había algo que les hacía sentirse infelices y les obligaba a vivir en un continuo estado de alerta: su propia piel, de un color tan claro y brillante que se veía a gran distancia, y por tanto, les convertía en presas fáciles de capturar.
Un día, un joven venado estaba bebiendo agua fresca en un riachuelo. De repente, un grupo de cazadores empezó a dispararle flechas desde una colina cercana. Ninguno dio en el blanco pero él, aterrorizado, comenzó una huida desesperada. Corrió y corrió sin rumbo fijo, y cuando pensaba que los tenía demasiado cerca y le iban a atrapar, el suelo se hundió bajo sus pies y cayó al vacío.
Una vez tocó fondo miró aturdido hacia arriba y se dio cuenta de que había ido a parar a una cueva oculta entre la maleza. Desde ese lugar oscuro y húmedo podía escuchar las voces de sus atacantes merodeando por la zona, así que intentó no mover ni un músculo y mucho menos hacer ruido. Al cabo de un rato los murmullos se fueron haciendo más débiles y respiró aliviado. ¡No había duda de que los hombres pensaban que su pieza de caza se había esfumado y se daban por vencidos!
Estaba a salvo, sí, pero una de las patitas le dolía muchísimo.
– ‘¡Ay!… ¡Ay!… ¡Qué torcedura tan inoportuna! … ¿Qué voy a hacer ahora si no me puedo levantar para salir de este agujero?’
No sabía nuestro amigo ciervo que se encontraba en la morada de tres genios buenos y compasivos que, nada más escuchar los quejidos, acudieron veloces en su ayuda.
El más anciano le saludó con amabilidad en nombre de todos.
– ¡Buenos días! Veo que por pura casualidad has encontrado nuestro humilde hogar ¡Sé bienvenido!
El pobre se sintió un poco apurado.
– Os pido disculpas por la intromisión, pero iba escapando de unos cazadores y al pasar junto a unos matorrales noté el suelo blando y… ¡zas!… ¡Aparecí aquí! Me he librado de ellos pero ¡estoy herido!
– Veamos, ¿dónde te duele?
– ¡Ay, aquí, en la pata izquierda, junto a la pezuña!
– ¡Tranquilo! Tú quédate quieto que nosotros nos ocuparemos de todo.
Con mucho cariño y máximo cuidado los tres genios embadurnaron la pata dañada con un ungüento a base de frutos silvestres, perfecto para bajar la inflamación y calmar el dolor. Después lo ayudaron a tumbarse sobre un cómodo colchón y le prepararon algo de comida para reponer fuerzas. Tan a gusto se encontró que le entró sueño y se quedó dormidito como un bebé.
El venado recibió todo tipo de atenciones y mimos durante una semana hasta que se recuperó. Una vez se encontró en plena forma y sin molestias para caminar, decidió que había llegado el momento de regresar junto a la manada.
– Amigos, es hora de que me vaya. ¡Jamás olvidaré estos días en vuestra compañía! ¡Gracias, gracias, gracias!
De nuevo, el mayor fue quien puso voz al sentimiento del pequeño clan.
– ¡Ha sido un placer! Nosotros también te llevaremos siempre en nuestro corazón y esperamos que nos visites de vez en cuando. Por cierto, antes de que te vayas queremos hacerte un regalo, concederte un don, ¡que para eso somos genios! Dinos… ¿cuál es tu mayor deseo, lo que más te gustaría tener?
El ciervo se quedó unos segundos callado, a ver si se le ocurría algo realmente útil.
– Bueno, la verdad es que no necesito nada material, pero confieso que me angustia el color de mi piel. Sé que es hermosa, pero tan clara que los cazadores me detectan desde muy lejos, como vosotros mismos habéis podido comprobar. Me encantaría pasear seguro por el bosque y llevar una vida relajada de una vez por todas.
El viejo genio estuvo de acuerdo y aplaudió.
– ¡Buena elección! Eres un cervatillo muy sensato, ¿lo sabías? ¡Ven, anda, síguenos!
Salieron los cuatro fuera de la cueva y la luz del sol los deslumbró ¡Qué maravilla poder sentir después de tantos días el calor y la brisa suave de la primavera! El venado respiró profundamente para llenarse del aroma de las flores y en pleno disfrute escuchó la voz de otro de los genios.
– ¡Túmbate que vamos a solucionar tu problema en un periquete!
El animal se dejó caer sobre la fresca hierba verde y los genios se pusieron manos a la obra: cogieron tierra oscura y la frotaron con gran habilidad sobre su pelaje. Cuando acabaron la tarea de untar, se agarraron de las manos, formaron un círculo y rogaron al sol que calentara un poquito más fuerte. La enorme estrella amarilla accedió a la petición y sus rayos chamuscaron lenta y suavemente la delicada piel del animal.
El tercer genio fue quien indicó que habían terminado.
– ¡Ya está, ya puedes levantarte!
El venado comprobó, completamente fascinado, que el color perla de su pelo se había transformado en un elegante tono marrón tostado. El genio más viejecito, que era el que más hablaba, le informó sobre su nueva situación.
– A partir de ahora tú y tus compañeros luciréis un color de piel mucho más parecido al de la tierra que pisáis, lo cual os permitirá camuflaros fácilmente y evitará que los enemigos os vean. Dinos, ¿te gusta el resultado?
– ¡Oh, sí, me encanta! Esto será un seguro de vida para todos los miembros de mi especie… ¡Es un detalle maravilloso! ¡Os quiero muchísimo!
Para demostrar su infinito agradecimiento, el venado lamió la car de los genios y les dio un fortísimo abrazo. Después, sin mirar atrás para que no vieran sus lágrimas de emoción, tomó el camino a casa bordeando la extensa llanura.
Dice esta leyenda que desde ese día, gracias al regalo de los genios buenos, los venados viven mucho más tranquilos en las increíbles tierras del Yucatán.

Leyendas y mitos

Resultado de imagen de Robin hood titulo

(Leyenda) También conocido como el “príncipe de los ladrones”, Robin Hood es de los personajes ingleses más conocidos en las leyendas de la cultura occidental. Su historia se ha inspirado en distintos personajes, aunque uno de los más mencionados es Ghino di Tacco, héroe italiano de siglo XIII. Los registros escritos sobre Robin Hood se han ubicado desde el siglo XIII, aunque ganó popularidad a partir del siglo XV.
Se trata de un hombre que se enfrentaba con los ricos para defender a los pobres. Sin que se dieran cuenta, le quitaba pertenencias a los primeros para dárselas a quienes las necesitaban más; siempre en compañía de su traje verde, su arco y sus flechas.


(Mito) Hercules hijo de Zeus. Se trata del relato de los doce trabajos impuestos a Hércules, como penitencia para la expiación del pecado de haber asesinado a su familia, tras la locura imbuida por la diosa Hera.

Sus 12 trabajos eran:


  1. Estranguló con las manos al león de Nemea. Con su piel se hizo una armadura.
  2. Mató al la Hidra de Lerna, una horrible serpiente de siete cabezas.
  3. Capturó al inmenso jabalí de Erimanto.
  4. Venció en una carrera a la cierva con pezuñas de bronce de Cerinea.
  5. Mató a los feroces pájaros del lago Estínfalo.
  6. Logró domar el toro de Creta.
  7. Capturó las yeguas del rey Diomedes, que se alimentaban de carne humana 
  8. Mató la reina de las amazonas y le quitó su precioso cinturón.
  9. Limpió los establos de Augias. Para ello desvió el curso de un caudaloso río.
  10. Venció a Gerión y le arrebató los bueyes para ofrecérselos a la diosa Hera.
  11. Cogió las manzanas de oro del jardín de Hespéride, que estaba custiodado por un dragón.
  12. Encadenó a Cerbero, el perro de tres cabezas que vigilaba dís y noche la entrada al reino de los muertos.
Hércules superó con éxito estas pruebas. Cuando iba a morir, su padre, Zeus, le condujo al Olimpio.

Clara Mito

MITO
En el bosque vivía un niño con un hombre, ahí también se encontraban varios niños, pero es éste niño de cabellos largos tenía una particularidad, el niño no era un humano, si no lo lluvia convertida en un niño, entonces el hombre como no sabia nada se quedó con el niño, cuando quiso agua para la tinaja el niño escurrió su cabello largo y se la dio para que pudiera tomarla.Pasó el tiempo y unos niños quisieron jugar con él, entonces comenzaron a jugar, el hombre no avisó que tuvieran mucho cuidado con él, que no le fueran a hacer nada malo.

Los niños comenzaron a pegarle patadas por todo su cuerpo, luego ocurrió algo terrible, el niño lluvia comenzó a lanzar relámpagos desde debajo de su brazo, cuando terminaron los relámpagos empezó a llover mucho y los niños que le hicieron daño desaparecieron y más nuca se volvió a saber del niño lluvia..


EL MITO DEL AVE FENIX

       El mito del ave Fenix

Cuenta un mito, que el ave fenix, es un ser mitológico con una apariencia similar a la de un Águila, pero de fuego como plumaje de color rojo, naranja y amarillo. Se dice que cada 500 años, el fenix viaja hasta la ciudad Heliópolis, y una vez allí, se consumia por acción de su propio fuego hasta quedar solo en cenizas.
Pasado un breve tiempo, resurgia de sus propias cenizas  

Clara la leyenda

LEYENDA

En el castillo de Langa del Castillo cuenta que estuvo preso
el duque de Medina dionisia que consiguió escapar de la
torre gracias a una cuerda que le proporcionaron los vecinos
de Langa del Castillo.

Un Mito y Una Leyenda

El Mito de Arachne
Hace muchos años, había una bella doncella llamada Arachne que se le daba muy bien coser. Esta era muy orgullosa que su talento, y dijo que podía ganar en un concurso de coser a hasta la propia Atenea, diosa de la sabiduría y los artes artesanales. El rumor corrió por las Ninfas de bosque hasta que llegó al Olimpo. Cuando Atenea lo oyó, estaba furiosa y aceptó. Cuando se acabó el tiempo, Atenea vió que Arachne lo había hecho mejor que ella y se enfadó tanto que convirtió a Arachne en la primera araña del mundo, condenada a hacer telas para el resto de su vida.
Resultado de imagen de arachne
La Leyenda de Popocatépetl e Iztaccíhuatl
Hace muchos años, en México, vivían dos personas llamadas Popocatépetl e Iztaccíhuatl. Eran un soldado azteca y una princesa, respectivamente. Cuando Popocatépetl tuvo que ir a la guerra, le prometió que volvería cuanto antes, pero otro soldado también los había oído, y él también estaba enamorado de ella. Al poco tiempo, le dijo a la princesa que Popocatépetl había muerto en guerra, que no era verdad. Iztaccíhuatl, al oír esa noticia, se suicidó. Cuando Popocatépetl volvió y no encontró a su amada, hizo lo mismo. Los dioses, al ver aquello, se apenaron y los reunieron a ambos, convertidos en volcanes.
Resultado de imagen de iztaccihuatl y popocatepetl volcanesResultado de imagen de iztaccihuatl y popocatepetl leyenda

EL CONEJO DE LA LUNA 😁😁(•ω•`)


      EL MITO DEL CONEJO DE LA LUNA
El Conejo de la luna es uno de los mitos cortos que envuelven esta enorme estrella que brilla para dar luz natural a nuestro planeta tierra. Algunos dicen que al ver fijamente a la luna, se alcanza a notar la silueta de un conejo, la cabeza, el rabo, las patas, pero especialmente sus grandes ojos que destacan junto con la luz de la estrella. Sin embargo, hay un mito en particular que parece ser el más cercano al origen del conejo en la luna y es el que les vamos a relatar el día de hoy.
Cuenta la historia, que un dios de los que existía en tiempos muy remotos decidió viajar por todo el mundo para apreciar las maravillas del planeta tierra, para ello, encarno en el cuerpo de un hombre y comenzó con el largo trayecto. Todo iba bien, hasta que día tras día los alimentos estaban escaseando, no había agua y el lugar más cercano para encontrar provisiones estaba tan lejos que era imposible llegar rápidamente.
El agotamiento y el hambre venció al pobre hombre, quien desesperado por descansar reposo bajo un frondoso árbol. Espero en ese lugar hasta el anochecer, acompañado de las estrellas y la resplandeciente luna, siguió su camino.
Mientras estaba bajando por una empinada colina, se encontró con un lindo conejo que estaba disfrutando de una deliciosa cena de zanahorias y pasto verde.
El hombre en ese instante le pregunto al conejo que si le podría compartir algo de su comida, pero se dio cuenta que sobraba un poco de pasto. El conejo preocupado por el estado físico del hombre, se ofrece como alimento para que el pueda sobrevivir.
El hombre al ver esa valiente acción, acepta comer al conejo, no sin antes darle algo a cambio para que todos lo recuerden al levantar la mirada hacia la luna.
El conejo de la luna, un bonito mito corto
Tomó al conejo, lo levanto muy alto hacia la luna y plasmo su silueta en la luna. Desde ese día, aquel pequeño animalito que le salvo la vida a un pobre hombre quedo recordado para siempre en la luna, en donde se dice vive felizmente.

La Leyenda del Águila

LA LEYENDA DEL ÁGUILA
Dice la historia que hace muchos, muchísimos años, un muchacho se levantó una mañana muy temprano para ir a cazar. Caminó tranquilo hacia las montañas y al llegar a su destino, vio  cómo en la cima de una de ellas, un águila enorme descendía del cielo y se posaba sobre su  nido. Lo que más le llamó la atención fue que el águila llevaba una serpiente, rígida como un palo, bien sujeta con el pico.
– ¡Vaya, hoy el águila está de suerte! ¡Acaba de amanecer y ya ha conseguido alimento para su cría!
La reina de las aves, creyendo que la serpiente estaba muerta, la dejó caer junto a su hijito y remontó el vuelo para ir a buscar más.
¡Qué equivocada estaba! En cuanto desapareció en el horizonte, la serpiente se desenroscó, abrió la boca y mostró sus afilados y venenosos colmillos al indefenso polluelo ¡El pobre no tenía escapatoria y la miraba aterrado!
Por suerte el cazador lo estaba observando todo, y cuando estaba a punto de hincarle el diente, agarró su arco, afinó la puntería y lanzó una flecha mortal al peligroso reptil, que se quedó quieto para siempre. Después echó a correr hacia el nido, angustiado por si el aguilucho había sufrido alguna herida.
¡Cuánto se alegró al ver que estaba  sano y salvo! Con mucho cuidado, lo tomó entre sus manos con suavidad, y acariciándole las plumitas se alejó del lugar.
Al rato el águila regresó  y comprobó con horror que su retoño ya no estaba. Desesperada sobrevoló la zona a toda velocidad y distinguió a un joven que se lo llevaba camino de la ciudad. Rabiosa, descendió en picado y se interpuso en su camino.
– ¡Eh, tú, ladrón! ¿A dónde vas con mi chiquitín?
– ¡Me lo llevo a mi casa! La serpiente que cazaste no estaba muerta y casi se lo come de un bocado ¡Quiero ponerlo a salvo!
El águila se entristeció y sus ojos se llenaron de lágrimas.
– ¿Me estás diciendo que soy una mala madre?
– ¡No, de ninguna manera! Imagino que eres una madre buena y cariñosa como todas, pero debes reconocer que has cometido un gravísimo error.
– ¡Lo sé y estoy muy apenada por ello! Siempre estoy pendiente de proteger a mi pequeño porque le quiero más que a mí misma. Te juro que pensaba que la serpiente estaba muerta y que no corría ningún peligro.
– Ya, pero…
– Sin duda fue un descuido y no volverá a suceder. Devuélvemelo, por favor, y yo te recompensaré.
– ¿Ah, sí? ¿Y cómo lo harás?
– ¡Seré generosa contigo! Voy a concederte las dos cualidades más valiosas que poseo.
– ¿Dos cualidades? No entiendo a qué te refieres.
– ¡Sí! A partir de ahora tendrás una visión tan aguda como la mía y tanta fuerza como estas dos alas. Nadie podrá vencerte y te aseguro que llegará un día en que te llamarán águila como a mí.
El cazador pensó que era un trato fantástico y, ciertamente, el águila parecía desconsolada y arrepentida de verdad. En lo más hondo de su corazón sintió que tenía que darle una nueva oportunidad porque al fin y al cabo, en esta vida todos cometemos errores alguna vez. Sin pensarlo más, levantó sus manos callosas y entregó la pequeña cría a su amorosa mamá.
Pasaron varias primaveras y la promesa del águila se cumplió. El muchacho se convirtió en un hombre muy hábil y más fuerte de lo normal, capaz de cazar animales gigantescos y de participar en la defensa de su ciudad cada vez que entraban enemigos ¡Un auténtico héroe al que todos los vecinos querían y admiraban!
También pasó el tiempo para el pequeño aguilucho, que jamás olvidó quién le había salvado la vida cuando era chiquitín. Como era de esperar creció muchísimo, y cuando se transformó en un águila grande y hermosa, decidió no separarse nunca de su amigo el cazador. Siempre a su lado, le protegía día y noche desde las alturas como un perro guardián que vela por su amo a todas horas.
La fama del cazador y de su ave protectora se hizo tan grande que toda la gente empezó a llamarle “el hijo del águila”,  y a la tierra donde vivía, Albania, que significa  “tierra de las águilas”.