-Lo que encontré en el colegio-
Era un bonito atardecer de junio, la noche estrellada, ni una sola nube, en resumen, todo iba perfecto...
Pero de repente, un grito vino de la cocina.
Era su madre que como Leo estaba tumbado en el césped, le echó la bronca y le dijo que pusiera la mesa, y que si quería que cenasen fuera. Leo, asustado, hizo caso al segundo y puso la mesa como un rayo. Bueno, la cena estuvo bien y mientras sus padres recogían Leo se quedó viendo las estrellas, cuando de repente, vio algo por el cielo, volando muy bajo y estrellándose contra el maizal enfrente del cole.
Leo, preocupado, avisó a sus padres, pero, quién se iba a creer semejante tontería, así que los padres le pusieron el termómetro y lo mandaron a la cama.
Al día siguiente, un lunes muy nublado, Leo se levantó y trastornado pensó que lo del día anterior era un sueño, pero pronto se daría cuenta de que algo de su vida había cambiado.
De camino al colegio se encontró con bomberos y policías que al parecer estaban apagando un incendio en el maizal. Leo, en ese momento, se acordó de ese supuesto sueño en el que un objeto se estrellaba contra el maizal que estaba en la granja Grinch, en la que vivía un viejo señor que echaba la bronca a cualquier que pisara su jardín; Leo solo se había metido una vez, cuando el idiota de Héctor colgó la pelota y tuvo que entrar a la maldita granja.
Al llegar al colegio era muy pronto y aún no había nadie, así que tendría que esperar. Pero al llegar a la verja, se dio cuenta de que la cerradura estaba forzada y que la sala de ciencias del colegio estaba iluminada.
A las nueve menos cuarto, cuando abrieron la puerta y los niños entraron, Leo se lo comentó a su amigo, y éste, con una sonrisa, creyéndose a medias, le respondió que como tocaba ciencias ya lo verían. En clase de ciencias, al entrar a la sala, todo estaba idéntico menos el aparato de mezclas que estaba encendido.
Aunque Leo estaba ilusionado por ir a la clase de ciencias se olvidó de que tenía a la peor profesora del mundo, apodada "la bruja", y como no había hecho los deberes le castigó quedándose 5 horas extras limpiando todo el cole. Al final del día Leo se tuvo que quedar 5 horas más y cuando iba a limpiar el baño se encontró con un cuerpo verde, bajo y muy raro y al verlo pegó un chillido que se oyó hasta en China.
Leo salió corriendo y juró no volver al cole, pero cuando iba a salir por la verja estaba cerrada y esos bichos raros, digamos que eran extraterrestres, le pararon y le dijeron :"Tu como estar".
Leo sorprendido respondió que bien pero que le dejaran, estos sin parar le dijeron: "tu enseñar nosotros".
Al día siguiente Leo no quería ir al cole, pero sus padres, como no, le obligaron y le dijeron que como tenían trabajo se quedaba a comer.
Leo a última hora le tocaba educación física y casi al final de la clase se cayó y el profesor le dijo que se fuese al comedor para que le pusieran hielo. Leo acompañado de su amigo fueron al comedor, pero cuando iban a abrir la puerta vieron a los extraterrestres hablando con la del comedor que estaba un poco ciega. Los dos niños intentaron escuchar la conversación y oyeron que un extraterrestre decía querer comida y entonces les decía el menú del día que era: de primero ,había espagueti que en realidad eran lombrices con caspa y de segundo, pollo con blu tak.
Los extraterrestres no entendieron nada así que la del comedor se lo dio y al comérselo el extraterrestre cayó fulminado al suelo, los demás sorprendidos colgaron a la monitora del tejado. Los chicos sorprendidos se alejaron corriendo, pero ya era tarde porque los extraterrestres les estaban persiguiendo hasta el recreo. Cuando llegaron todos lo demás se pusieron histéricos.
Los niños pensaban que era el fin, pero no, porque de repente se puso a llover y los extraterrestres desaparecieron.
Al día siguiente cuando los niños estaban en clase los estuches, libros y cuadernos desaparecieron igual que mesas, sillas y pizarras todo desapareció igual que los extraterrestres.
Fin
No hay comentarios:
Publicar un comentario